jueves, 3 de diciembre de 2009

Sin ti


Cuan hondo calo este dolor mi alma que nunca más pude dejar de sentir nostalgia de aquellos días en que todo era parte de la más bella utopia, en que todo a mí alrededor parecía hacerse parte de mi alegría, donde un despertar tras otro era pensar en ti y en nadie más.
Cuando deje de soñar con aquella primavera, que no fui capaz de aferrarme a tus brazos para permanecer juntos. No sabes cuanto deseaba llorar en tu regazo, pero ya no estabas y de mis sueños desapareciste, sólo veía llover, y allí estaba yo, bajo aquella lluvia de cristales rotos, sin ti a mi lado, mirando el cielo y maldiciendo mi existencia, gritando aterrado, esclavizado por el miedo, sin nadie que me cubriera de aquella tormenta, sin nada por lo que seguir existiendo, mi cuerpo inerte en el suelo. Y cuando ya todo parecía en calma, te veo aparecer frente a mi, disimulando tus sentimientos, queriendo besarme, tus ojos se lo susurraban a los míos y tus labios se enmudecían a cada momento, no lo hiciste, sabias que solo sería un momento, querías secar la lluvia de mi cuerpo, sentir una vez más nuestros cuerpos latiendo, acariciándonos, envolviéndonos en suspiros de pasión y ternura, tratando de volver a construir aquel cristal de hielo, donde nuestro amor era eterno, pero cuando pareciera estar a un paso de revivir aquel momento, desapareces nuevamente...¡¿por que hiciste caso a un cuerpo que suplicaba lo contrario?! Por que no te negaste ante mis peticiones, por que no volteaste, si con un solo beso tuyo habría bastado para enmudecer mi mente, tu voluntad fue acallada ante la mía y fue entonces cuando vi mi cuerpo reflejado en el tuyo, sangraba junto al mío, cristales que descuartizaron nuestras almas, brisa que desvaneció el deseo.



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